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Fotografía: Jesús del Pozo |
Calló la Madrugada y se rajó el aire con el tiempo. Yace inerte un cuerpo posado sobre un hombro divino. La Piedad sustenta la fe, el Dolor cimienta el amor. Murió el Hijo de Dios en la fria noche del Viernes Santo. Luto abrazado a los paños de un Santo Sudario, lágrimas que coronan cruelmente una larga condena.
Calló a los brazos del mayor amor...
Por, Juan Pablo Pozo
Magnifica foto.Bonito escrito
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