martes, 8 de marzo de 2011

Días de lluvia

Despertamos cada mañana con un nuevo pensamiento, por un distinto motivo, con unas intenciones. Abrimos los ojos por un ruido, por una pesadilla que nos alarma, porque alguien nos despierta para que realicemos algo que no es precisamente que se nos apetezca.

Los días vienen diferentes, y más en primavera. Alzamos la vista por la ventana de la habitación que nos muestra la más pura y bella madre naturaleza. Día soleado, cálido o de lluvia, tormentoso o simplemente nublado.

Para mayor complejidad nuestra actitud y mentalidad se comienza a disponer según lo que veamos por esa ventana. Un día nublado, de lluvia, son tristes y apagados, quitan las ganas de levantarte, de salir, incluso de dar tres pasos más allá de la estufa. Vemos agua y nos asustamos, yo no salgo que me mojo, si tengo que salir vaya faena porque está lloviendo, y yo me pregunto ¿Dirán lo mismo allá por el norte?

Los días de lluvia no son más que reflexiones del tiempo, son días propicios para pensar y relajarnos. Hagamos lo que hagamos será tranquilo y manso, hablaremos con los amigos o nos sentaremos delante de la pantalla las 24 horas, o incluso alguno que otro escribirá como en mi caso se trata.

Yo no veo los días de lluvia tan tristes, de hecho, deberíamos de querer que lleguen estos días en el calendario. La lluvia trae consigo la pureza, la nuestra junto a la de la madre naturaleza, deshoja la tristeza de árboles amarillentos y fríos que permanecían semidesnudos durante varias fechas.
Significa primavera, queda poco para que de la Tierra florezcan las más hermosas rosas, para que las hojas verdes de las copas de lo árboles tiñan de esperanza y color cada paso que damos.

La lluvia trae sosiego y añoranza de vivir otra época. Trae pensamientos e ideas claras sobre lo que ayer bajo el Sol veíamos como un problema. Podemos contemplar como los cafés se llenan de personas que buscan un refugio plácido donde pasar la tarde, como se abren los paraguas formando un campo de setas.

La lluvia no es triste ni aburrida, es diferente, cuestión de saber aprovecharla. 

Por, Juan Pablo Pozo

1 comentario:

  1. A mi me gustan los días de lluvia, ¿no sé porque la gente teme tanto al agua? Jajaja

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