No quiero gritar que te quiero, no debo despertar al silencio,
Para que proclamarlo, si en mi mirada te transmito el deseo,
Si a la luz de una vela, soñé desvelado tu corazón ardiendo,
Si en el horizonte difuso, marco con una “x” cada vez que te veo.
Irregular y curvado, sin luces en el que era mi camino,
El pasado es memoria de hechos que atrás quedaron,
El presente sucede ahora, y escribe tu confusa historia,
Para que pensarlo, prefiero seguir al silencio mimando.
¿Mañana? Otro día será, solo Dios lo demás sabe,
Prometo ponerme de pie y caminar descalzo por tu amanecer.
tan solo se, que dormiré soñando con el run run de mi sentir,
Que para camelarme a la luna, al lugar de tu encuentro regresaré.
No iré corriendo entre árboles al encuentro de tu cauce,
Son siempre malas consejeras, las prisas pasadas por el alma,
Sólo una manera tengo de llegar , sólo despacio llegaré a beber
Del manantial limpio que el brillo de tu iris provoca su nacer.
No me importa chocar, o disimular que nada me hiere,
Obvio cualquier dolor que una imprudencia pudiera provocar,
Realzaré el sentido de vivir cuando escuche de tus labios tu querer,
Mientras más yo quiera despertar al silencio, no gritaré.
No soy feliz si me callo, pero puedo ser más feliz que hablando
si cada noche de luna hermosa, sueño con el cielo de tus estrellas,
y la paso hora tras hora al edén susurrando,
que tu belleza me aprisiona, y tus palabras me cautivaron.
Muchas veces, es más conveniente callar un sentimiento y esperar al momento en que debamos expresarlo. ¿Cómo lo sabemos? No tengo explicación concreta, pero tu persona en uso de razón sabrá cuando es y tu corazón lo confirmará. Nunca dejes de luchar por un sueño, nunca dejes de soñar esperando el momento.
Todo a su debido tiempo.
Fdo: Juan Pablo Pozo
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