Las tinieblas que asechan la “Madrugá” predicen la cruel realidad,
El Hijo de Dios está muerto en la cruz y su alma permanece desvanecida,
Crucificado injustamente con tres clavos y maltratado con demasiada crueldad,
El Hombre que murió en el Calvario de su ciudad,
Y que cayó tres veces camino de la Magdalena.
A la luz de las velas se asoma el llanto de una Madre que Presenta una condena,
Un semblante turbio al brillo de una luna, que pañuelo de seda para rozar su mejilla soñara cada noche, mientras permanecía en la búsqueda del consuelo de su pena.
Calvario de Sevilla, monte de rocas duras en el que hincamos nuestras rodillas,
Entre cuatros hachones salpicados de tinieblas que lloran cera por tu tortura,
Quedaste solo de malhechores y romanos, quedaste rodeado de gente buena que de ruan y esparto tu nube de caoba cada madrugada escoltan.
Calvario de Cristo, que dureza en tu cuerpo que cae inerte mientras agoniza la noche, que suavidad en tu cabeza caída en el amanacer triste de tu pueblo de Sevilla.
Calvario de Cristo, que dureza en tu cuerpo que cae inerte mientras agoniza la noche, que suavidad en tu cabeza caída en el amanacer triste de tu pueblo de Sevilla.
Señor del Calvario |
Presentación no me llores tanto a pesar del duro tormento, que racheando por las calles,
las alpargatas negras se derrumban suspirando que tu mirada se levantara.
Que hermosura tiene tu rostro a la luz de la luna Madre mía, que al tercero de martillo el cajón que a tu llanto cobija a los que se fueron se aproxima.
Que finura tienen tus manos Madre mía, para no dañar la calma que profesa tu mirada,
Que belleza tiene tu cielo que te hace más reina mientras más duro se profesa tu letargo, no me llores Presentación, que se me encoje el alma mientras se estrecha el postigo que quiere ver reflejado tu resplandor.
No me llores Presentación, que cada vez que tu mirada abajo se dirija, sea para proteger a tus Hijos de Sevilla. Que encanto tiene tu semblante Madre mía, que sería de nosotros si no se Presentara tu estrella cada día en nuestras vidas.
No me llores Presentación, que cada vez que tu mirada abajo se dirija, sea para proteger a tus Hijos de Sevilla. Que encanto tiene tu semblante Madre mía, que sería de nosotros si no se Presentara tu estrella cada día en nuestras vidas.
Virgen de la Presentación |
Calvario de Sevilla, llanto de Viernes Santo, amanecer de una ciudad, que en la Presentación triste y dolorosa de una Muerte, tiene su más sagrada salvación.
No me llores Presentación, que algún día te consolaré siendo lo que algún día quisiera ser, costalero bajos tus plantas, para que la Giralda cada Madrugá sevillana consuele el llanto que provoca nuestras condenas.
INCREIBLE...es dificil saber escribir pero mas dificil es saber hacer lo que tu haces,escribes con facilidad,lo haces bien y llega a lo mas profundo.
ResponderEliminarMe encantan tus escritos cofrades!
Espero que algún dia tengas tu recompensa.