lunes, 24 de enero de 2011

La vida, un tablero para jugar


Por un momento parémonos a pensar una frase que dice : “La vida no es un juego”.
Y a continuación intentemos razonar esta otra: “ Las cartas de tu vida las juegas tú”...¿suena un tanto contradictorio no?...Pues realmente te aseguro que en su cierta profundidad no lo es para nada.

La vida no es un juego, es una verdad como un templo, y los sentimientos que provocan que la vivamos, no es que no sean un juego, es que ni siquiera podemos barajarlos y jugar con ellos sería el mayor error.

Por eso yo no voy intentar darle cercanías a estas frases con un juego de cartas, de barajas y de azar, sino con una partida de ajedrez.

Tiene su tablero, sus piezas blancas y negras, y toda la serie de movimientos posibles hasta alcanzar el jaque mate.
La vida no es como un tablero de ajedrez, obviamente, no está lo mas mínimo cuadriculada, si así fuera posiblemente sería un poco estúpido escribir todo esto.
Pero sin embargo, cuenta con una cantidad de piezas suficiente como para poder realizar los movimientos necesarios en todas direcciones. Y ojo al dato: sin chocar pieza con pieza, exceptuando los peones, que frontalmente chocan, a lo cual luego daré su sentido.

Pues bien, en la vida podemos poner a cada tipo de persona un color. Las personas que juegan sus piezas para hundir y derrumbar a otros, son las negras, como es su vida, de un color negro tan triste que se centran en los demás y no viven para ellos, y estas tienen un rey, que es felicidad secuestrada.
Y las personas que juegan sus fichas para buscar la felicidad, las blancas.

Como las negras no se merecen centrar en ellas ni siquiera un renglón de lo que escribo, yo lo voy a hacer basándome en las blancas.

Las blancas somos las personas que buscamos la felicidad como bien he dicho, y tenemos que jugar nuestras piezas con frialdad, cabeza y mucha serenidad.  No podemos cometer el error de permitir que una negra nos coma un pieza importante ¿verdad?.
Tenemos que salir a jugarlas y a comernos con fuerza todo lo necesario que se nos interponga en nuestro camino y obstaculice nuestro objetivo. Sin posibilitar a que nos allanen terrenos o nos derriben sentimientos, sin consentir que nos hundan utilizando nuestros peones, que son esos amigos que nos protegen y ayudan, esas personas que se enfrentarán y sabemos que chocarán cara a cara para socorrernos y levantarnos.

Las blancas debemos causar el jaque una y otra vez sin desistir en el intento, buscando provocar el jaque mate a la felicidad que permanezca en nuestro ser para los restos. Comernos el rey como comernos el mundo, para ser nosotros quienes hayamos secuestrado la prosperidad.

Tenemos que echarle casta y valor cada vez que las negras nos impidan un movimiento, tenemos que echarle fundamento y coraje cada vez que estas nos realicen un jaque, tenemos que empujar con garra hacia arriba y jamás consentir caer en jaque mate.

Si jugamos con inteligencia, si movemos hacia el lado correcto nuestros sentimientos ¿ porque pensamos que no seremos felices algún día?. Las blancas jugamos con el mismo número de piezas que las negras, pero sabiendo que nuestros peones en la vida, son las personas que más valen de este mundo, porque es lo primero que quien vale de verdad, recibe en su existencia.

Busquemos el jaque mate a la felicidad, movamos nuestras piezas hacia el lado conveniente, comámonos el mundo hasta encontrar lo que buscamos, pasemos por derroche, juicio y talento por encima de la Reina rival que amenaza siempre con matarnos, superemos todo las barreras para ser felices.

El rey de las negras, posiblemente sea el amor de tu vida que da felicidad plena, rescátalo por todos los medios del infierno que pueda soportar por culpa de la Reina que se le intenta imponer injustamente.



La vida es un tablero de ajedrez, no juegues con ella, pero mueve sus piezas  con cabeza y calma para realizar JAQUE MATE a la FELICIDAD.

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