La debilidad del llanto es fruto del valor, es nacido del poder. No es lloriquear el llorar, no es dar pena tu pena, es realidad lo que se siente en la realidad.
Aparentar lo que no es vive cogido de la mano de una mentira que solo a ti te puede engañar.
Llorar la vida es duro, crea una cascada que nos impide ver. El llanto se aguanta, aprieta tus dientes mientras ahoga tu alma, el llanto cierra tus ojos y abre tu corazón.
Llorar la vida te quema sin darte calor, te hunde sin empujar, te ciega sin apagar tu luz, llorar la vida solo tiene solución sacando adelante tu vida.
No tengas miedo, recuerda que llorar la vida solo es para aquellos que tienen realmente vida...
Por, Juan Pablo Pozo
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