Encontrándonos de nuevo en Triana, y esta encontrándose un año más con Ella. 365 días exactos en los que se llora, se rie, se vive, 365 días para que el clasicismo y la elegancia hagan que se olvide todo en la noche de la que es dueña la Madre de Dios.
De nuevo en Triana, con Ella, para que más si podemos abrazarla y besarla con el aire de su amor,
Para que más si estamos allí, en ese preciso instante en el que más reluce su Estrella, cuando más brilla, cuando más nos quiere. Allá donde esté María estemos siempre, que Triana siempre esté con Ella.
Que no exista el cielo, que solo exista su cara. Que no importe nada que no sea su mirada. La Madre de Dios es quien nos ama, cerrar los ojos, quedarse ciegos, ten por suegro que tu vida con luces y tinieblas junto a Ella está guiada,
Y cuando llegue Octubre, Rosario y Letanías se rezan, ve a visitarla en aquel rinconcito cercano a la abuela Santa Ana, donde Ella reza para que levantemos la cabeza cada mañana.
Madre de Dios del Rosario
Texto y Fotografía: Juan Pablo Pozo
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