Pasan los días unos tras otros, y así llega el paso de los años mientras tú sigues "vagando" por algunos de los caminos que pudistes elegir en esta vida.
Siguen pasando los días, con templanza o con tal voracidad que apenas percibimos el movimiento del minutero.Así se suceden uno a uno y siempre permanecen imborrables los recuerdos del ayer que un marcador nos dejaron.
Siguen pasando los días, con templanza o con tal voracidad que apenas percibimos el movimiento del minutero.Así se suceden uno a uno y siempre permanecen imborrables los recuerdos del ayer que un marcador nos dejaron.
Aquellos que a algun lugar marcharon, los que sin ser invitados a salir se fueron, quienes queremos que estén y no encontramos, todos, con su irremediable paradoja, forman parte de la sucesión de los días.
Por la vida pasan los años y no importa que número te marque el calendario, sino cuánto has sacado de ello. Sabes, solo tú, cuánto esfuerzo, sacrificio, trabajo, lucha y sudor castizo te ha podido costar o va costando cumplir sueños y objetivos. Cuánto amor, dedicación y cariño llevas acumulado para entregar o vas entregando con la fe ciega de que es fuente inagotable por la vida.
Con el paso del tiempo convivimos con demasiados pensamientos y sentires que sólo nos dejan, a ciencia cierta, que no debemos nunca bajar los brazos, porque los sueños, se acaban cumpliendo, las ilusiones tienen que ir renovando y las lágrimas de emocionantes recuerdos y cariño marchado seguirán sellando tus pasos mientras caminas.
Por la vida pasan los años y no importa que número te marque el calendario, sino cuánto has sacado de ello. Sabes, solo tú, cuánto esfuerzo, sacrificio, trabajo, lucha y sudor castizo te ha podido costar o va costando cumplir sueños y objetivos. Cuánto amor, dedicación y cariño llevas acumulado para entregar o vas entregando con la fe ciega de que es fuente inagotable por la vida.
Con el paso del tiempo convivimos con demasiados pensamientos y sentires que sólo nos dejan, a ciencia cierta, que no debemos nunca bajar los brazos, porque los sueños, se acaban cumpliendo, las ilusiones tienen que ir renovando y las lágrimas de emocionantes recuerdos y cariño marchado seguirán sellando tus pasos mientras caminas.
Hay que seguir siempre, cuando el reloj más aprieta, cuando los tiempos que vivimos más ahogan hay que apretarse y clavar las puntillas con fuerza sobre esta fría tierra para darle el temblor y el calor que nuestro ser necesita para estar sobre ella.
El día a día va a seguir pasando, fecha a fecha, pero siempre puedes sentarte contigo mismo, pensar pronfundamente, reflexionar en el interior y saber que llevas por la senda correcta y que puede cojer otro rumbo para mejorar.
Los caminos son difusos, pero aprendiendo día a día, se puede llegar a la meta.
Por, Juan Pablo Pozo